25 de abril de 2013

Y TÚ, MÁS


       Cuando éramos pequeños y pronunciábamos el “y tú más”,  nos quedábamos tan anchos. La impresión de que el otro era más “gafudo”, más cara “güevo”, más “feo” o más “torpe” que nosotros,  nos envolvía de una sensación agradable y nos hacía sentir mejores.

Hemos crecido, pero la necesidad de que los demás estén peor que tú  para sentirnos mejor, parece ser una realidad. Yo misma, cuando me diagnosticaron el cáncer, pensaba que seguro había cosas peores.  Evidentemente era una forma de consolarme.

Rosaura, en La Vida es Sueño, consuela a Segismundo:

(…)
Solo diré que a esta parte
hoy el cielo me ha guiado
para haberme consolado,
si consuelo puede ser
del que es desdichado, ver
a otro que es más desdichado.

Cuentan de un sabio que un día
tan pobre y mísero estaba,
que  solo se sustentaba
de unas hierbas que cogía.
¿Habrá otro, entre sí se decía,
más pobre y triste que yo?,
y cuando el rostro volvió
halló la respuesta, viendo
que otro sabio iba cogiendo
las hojas que él arrojó”.
(…)


Desconozco si el primer sabio se quedó más tranquilo al ver que había uno peor que él, pero si realmente era sabio, lo dudo.

En este tiempo que ha durado mi enfermedad y ahora en el tiempo de la recuperación, hay quien me cuenta sus batallas menores, vaya, sus problemillas de salud. Tras el relato pormenorizado concluyen con un: - “pero bueno, ¿qué te voy a contar a ti? ¡lo tuyo es mucho peor!”.  ¡Toma ya!  Ciertamente lo es, seguro que mucho peor, pero que te lo digan así, abiertamente, no deja de parecerme ligeramente cruel, falto de sensibilidad y es la viva encarnación del “ y tú, más“. Aunque probablemente la intención sea empatizar con el dolor y no ofender.

Tenemos una extraña necesidad de ser superiores a los demás, de tener más y ser mejores. Nos conmueve el sufrimiento ajeno, pero éste se mezcla con el alivio de no ser nosotros los desgraciados.

Cuando has paseado por el horror, pero has conseguido retomar la senda de la vida, ya no te comparas. No dedicas tiempo a pensar si lo que te toca es mejor o peor. Simplemente es lo que es, lo aceptas, lo asumes, aunque cueste trabajo. Miramos hacia nosotros mismos y nos decantamos por la opción que hace unos años escuché al poeta Pepe Hierro: “a mayor dolor, mayor felicidad”.  Todo vuestro. Salud.

1 comentario: