20 de mayo de 2013

OLFATOMETRÍA



Parece ser que cada persona desarrolla con mayor intensidad un determinado canal sensorial: visual, auditivo y sinestésico (gusto, olfato, tácto). Según un estudio neurocientífico, ello depende de los estímulos que se hayan recibido durante los primeros años de vida.

Sin duda mis estímulos han estado relacionados con el olfato porque huelo constantemente. Lo hago en todas partes. Lo hago desde que era una niña. Huelo los lugares, las cosas, las comidas, los libros, las personas. No puedo reprimir mis deseos de oler. Es algo inherente a mí. Podría ser asesora (ahora que están en boca de todos) humana para  medir olores, vamos,  para llevar  a cabo  la olfatometría.

Ciertamente hemos renunciado al mundo de los olores por nuestro encorsetamiento cultural. El mundo animal está guiado por los olores y yo que soy muy animal necesito oler. Reconocería el olor de mis 3H entre un millón. El olor dulce de mi madre y fresco de mi padre.

Los olores evocan emociones pasadas vividas, es algo así como si el olor permaneciera en el inventario de recuerdos del cerebro. A pesar de que el ser humano puede reconocer 10.000 olores por separado, describir uno es muy difícil puesto que nuestro vocabulario en este sentido es limitado. Sabemos decir como qué huele y tenemos grabado cada uno de sus matices que reconoceríamos allí dónde fuéramos.

Los recuerdos de un momento son más vivos cuando hay un olor o sabor asociados. Dèjá vu (ya visto) para describir esa curiosa sensación de estar viviendo por segunda vez una situación y el fenómeno de Proust, en honor a Marcel Proust en su obra En busca del tiempo perdido, describe las conexiones entre el olfato y la memoria:

"Al llevar a los labios una cucharada de té en la que había echado pedacitos del bollo, y el trago tocó mi paladar, sentí algo extraordinario en el interior; un placer delicioso me invadió y me aisló sin noción de qué lo causaba. Cuando nada subsiste del pasado, cuando han muerto los seres y se han derrumbado las cosas, perduran más persistentes y más fieles que nunca el olor y el sabor sobre las ruinas de todo"

Hay olores desagradables, dulzones, hechos a medida, envolventes, ácidos, adictivos…olores que recuerdan a un lugar, a una persona, olores de la infancia, de juventud. Hay olores que marcan tu vida y si cierras los ojos, revives aquel momento. El olor de la tierra mojada, del pan recién salido del horno,  de la colonia de Don Algodón del instituto o de la Burberrys del día de mi boda, de la hierba recién cortada, de madera quemándose, del mar, de mis hijos al nacer, del rio, el olor a seco de Castilla, de figal, de los alelíes del balcón de mi abuela…

No tengo ni idea de a qué huele un sueño ni a qué huele la vida, pero si sé que mi sueño es vivir oliendo a mis 3H. Salud.

3 comentarios:

  1. Ay no me puedo resistir a comentar esa foto: GUAPA, GUAPA Y GUAPA. Espero que nunca pierdas ese don. Te quiero mucho.
    Alba

    ResponderEliminar
  2. Y yo no me puedo resistir a decir que estoy totalmente de acuerdo con mi peque... Y que esa imagen tan bonita sólo el reflejo de lo que guardas en tu interior. ¡Ah! y yo también te quiero

    ResponderEliminar
  3. Preciosa la foto y precioso relato visual y...olfativo....
    Completamente de acuerdo contigo...un olor te traslada siempre a un momento, una persona...algo que se ha quedado ya para siempre en ti..
    Sigue disfrutando de TODO y de todos los olores!!!
    Bego R.

    ResponderEliminar