Cuando se estrenó la
película Lo imposible el otoño
pasado, no quise verla. Demasiado sufrimiento en 90 minutos para
poder asumirlo en aquel momento.
El otro día la vimos y por supuesto, me conmovió.
Esta semana en el dentista, hojeando el Hola, la madre real de la familia, María
Belón, concedía una entrevista llena de reflexiones, de enseñanzas, de
aprendizajes… de sabiduría en definitiva. Una mujer grande y
generosa que afirma: “la única razón por
la que cuento nuestra historia es
transmitir lo que el “tsunami” significó en nuestra vida y en la de los demás”.
Cuenta
que cuando J. Bayona le propuso hacer la película ella le dijo: “Yo te doy una
historia como excusa. Por un lado, porque hay 230.000 personas que quisieran
contarla y no pueden porque están en el fondo del mar y yo no puedo ser cobarde
ni egoísta. Pero, sobre todo, te la doy con la confianza absoluta de que lo que
vamos a hacer es mostrar a los espectadores que la vida es esto, que te llevan
“tsunamis” que crees que no puedes superarlos. Que hay gente que
se queda y no puede seguir teniendo oportunidades ni de pedir perdón, ni de dar
las gracias, ni de rectificar, ni de volver a abrazar, volver a besar, mejorar
las cosas que no había hecho bien…pero los que estamos vivos, si podemos.”(…) “Había
entendido que la vida es un regalo inmenso y que a partir de ese momento todo
lo que tenía era un regalo”
Sin duda, una gran reflexión. Las experiencias te marcan
y cuanto más dura haya sido, más tatuada queda. Después de haber
pasado mi particular “tsunami”, algo grande me ha quedado de poso y grabado en
la piel a fuego. La vida es más intensa, hay cantidad de cosas en las que me
fijo que antes ni existían y me sorprendo haciendo y diciendo cosas que en otro
tiempo ni se me habían pasado por la
imaginación. Creo que quiero más a todo y a todos en general, no me importa dar abrazos más fuertes y “te quieros” más profundos, es posible que
juzgue menos y soy capaz de ilusionarme y sonreír de forma más auténtica.
María habla de amor
“ cuando renaces y no tienes a quién
amar piensas… ¿yo para qué estoy viva?”. De solidaridad cuando se refiere a los hombres que la salvaron
mientras buscaban a sus familias : “Estaban buscando a sus familias, sus madres, sus hijas…pero
nos encontraron y nos salvaron. Le daban tanto valor a la vida de unos
desconocidos como a las de sus propias
familias. Y yo ahí entendí lo que es la solidaridad. Ese hombre me dedicó cinco
horas cruciales de su vida y no paró hasta que no me dejó en un hospital. Cuando por fin vieron que estábamos a salvo, nos dijeron: “adiós, ahora
vamos a buscar a nuestra familia”. De
generosidad “sé que mis hijos son un
regalo, no son de mi propiedad; los tengo en préstamo y tengo que devolverlos a
la vida”.
Siente parte de su vida y su familia a las personas que
dejaron atrás “Para siempre. Para siempre. Para siempre y no hay vida
suficiente para hacer todo lo que uno puede hacer.
María Colabora como ponente con la Fundación Lo que de Verdad Importa porque como
bien dice “Hay un montón de gente
bajo olas de “tsunamis”, y los que no estamos allí…¿qué hacemos perdiendo el
tiempo?”
Gracias
Maria
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