18 de julio de 2013

¡FIESTA, QUE FANTÁSTICA FANTÁSTICA ESTA FIESTA!


           No hay nada mejor que celebrar en familia. Bueno sí, tener un motivo para hacerlo. Yo lo tengo, así que el pasado domingo 30 de junio, reunimos a un montón de familia y amigos en casa y celebramos fundamentalmente… ¡la Vida!

Después de un largo invierno,  me hacía mucha ilusión juntarlos a todos y brindar por lo que hemos dejado atrás  y por lo mucho y bueno que nos espera.

Tras haber sufrido  un aplazamiento porque el buen tiempo decidió no llegar a Asturias, pudimos disfrutar de una fiesta muy bonita, divertida, cálida y  emocionante y emotiva a partes iguales.

Siempre me ha gustado celebrar,  hacer fiestas, las reuniones… Muchas veces pensamos que celebrar una fiesta es un follón, ¿a quien invito?, ¿a quien dejo fuera?, mucho trabajo, organizar a la gente, cuadrar días, el pinchoteo,  buscar el sitio adecuado y en ocasiones desistimos porque  se nos hace cuesta arriba.  Otras veces tenemos la sensación de que nuestra casa siempre está abierta a los demás y no nos sentimos del todo correspondidos porque esa cena o comida “prometida”, se queda en una promesa incumplida. Hubo un tiempo en el que esto me molestaba y no lo entendía. Ahora sigo sin entenderlo, pero no me molesta, en absoluto. Supongo que  cada uno ofrece lo que tiene o lo que puede y como “no juzgar”, se ha convertido en una de mis máximas, nuestra casa sigue abierta sin importarme el estado de las demás.

Os puedo asegurar que fue una fiesta estupenda, en la que nos vimos  por un motivo muy bonito y que se reflejaba en la cara de todos. Un plan perfecto para cualquier tarde, que sin duda, volveremos a repetir cuando la ocasión lo merezca porque celebrar, siempre es maravilloso y ahora, nos sobran los motivos.

Gracias a todos por venir y por disfrutar tanto como nosotros. Salud.












12 de julio de 2013

UN AÑO DE AMOR


El shock más absoluto
El miedo, el bloqueo, el temblor
La desesperanza, la soledad, la muerte…
Se cumple el peor pronóstico
Ni en el sueño más oscuro
Ni en el pensamiento más intenso.
Parálisis,
el miedo me paraliza
No avanzo,
no llego a la paz ansiada
No consigo hincharme de aire que sosiegue mi espíritu
Y me devuelva la templanza.


Esto fue lo primero que escribí el julio pasado. Era lo primero que salía de mí para volver de nuevo a mí y enfrentarme con ello.

Es difícil explicar, yo diría que imposible,  lo que sentí hace un año cuando en aquella clínica me explicaron que tenía cáncer en un pecho.

De repente todo dejó de tener importancia. El mundo comenzó a girar en torno al cáncer, a mi cáncer, a mi shock, a mi escepticismo, a mi perplejidad,  a mi miedo, a mi incertidumbre, a mi resistencia, a mi dolor, a mi locura, a mi autocompasión…

Nada hasta el momento igual de doloroso, igual de intenso, igual de impactante.

Un año después sigo sin poder leer mi “Diario de una recuperación”, demasiado pronto para revivir aquel momento que cambió mi vida. Demasiados recuerdos en la misma época del año, demasiados olores iguales, sensaciones iguales,  ambientes iguales, momentos iguales, luces iguales, brisas iguales…

He querido titular a la entrada un año de amor porque eso he tenido este largo, frio y duro año,  mucho amor, del bueno.


Preciosa la vida, maravilloso disfrutar de ella con mis 3H,  fantástico tener pelo, increíble no tener dolores,  genial estar sano, estupendo el verano, las  vacaciones, porque este año sí, este año,  nos vamos de viaje. Salud.




4 de julio de 2013

BIENVENIDA CLAUDIA


Hoy ha sido un gran día. Claudia acaba de llegar a la vida. Es la segunda hija de mi amiga Paula. Su otro tesoro se llama Sofía.

La maternidad, como a todas, la ha cambiado y la imagen que devuelve el espejo de ella es mucho más felíz y serena.

Cuando me diagnosticaron el cáncer, ella fue a una de las primeras personas a las que llamé. Se quedó petrificada porque era la tercera mujer de su entorno que lo padecía. Sufrió como todos los que me quieren y un día con los ojos llenos de lágrimas me confesó que necesitaba coger aire antes de hablar conmigo.

Tengo amigos, como casi todo el mundo, de cada etapa de mi vida, y Paula es la amiga de la adolescencia. Nos conocimos en el instituto, en la clase de 1º A. Se sentaba delante de mí y aunque al principio no sintonizamos, a lo largo del BUP, nos fuimos acercando hasta consolidar una amistad que dura hasta hoy. Hemos seguido caminos diferentes y aunque ella ha estado viviendo fuera de Asturias, no hemos perdido el contacto y hemos continuado viéndonos y hablando. Paula ha estado siempre en mi vida, además, compartimos un amor, Pedro, su sobrino y uno de los niños más maravillosos que forman parte de mi vida.

A lo largo de estos meses la he llamado infinidad de veces, algunas para decirle que estaba bien, y otras, las más, para que apagara mis fuegos. Lo ha hecho muy bien, porque una palabra suya (bueno, unas cuantas), servían para tranquilizarme y al colgar el teléfono, la mayoría de mis males habían desaparecido. Era improbable, según ella, que pasara todo lo que yo relataba horrorizada. Gracias por haberme escuchado, por haberme ayudado y por combinar la alegría de tu segundo embarazo con la tristeza del cáncer de tu amiga.

Te querré siempre, Pau. Mucha salud para compartir con tus niñas y Sergio. Os dejo la maravillosa canción de Pedro Guerra.